LOS VALORES
Los valores son convicciones
profundas de los seres humanos que determinan su manera de ser y orientan su
conducta y sus decisiones. Valores, actitudes y conducta están relacionados, y
nos ayudan a superarnos.
Los valores se jerarquizan
por criterios de importancia. Cada persona construye su escala de valores
personales, esto quiere decir que las personas preferimos unos valores a otros.
Los valores más importantes de la persona forman parten de su identidad,
orientan sus decisiones frente a sus deseos e impulsos y fortalecen su sentido
del deber ser.
Cada persona, de acuerdo a
sus experiencias construye un sentido propio de los valores. Aunque a todos nos
enseñen que la honestidad es algo deseable, y aunque todos lo aceptamos como
cierto, la interpretación que haremos de este valor, el sentido que le
encontraremos en nuestra vida, será diferente para cada persona.
Los valores y su
jerarquización pueden cambiar a lo largo de la vida. Están relacionados con los
intereses y necesidades de las personas a lo largo de su desarrollo. Los
valores de los niños pequeños están definidos en buena medida por sus
necesidades de subsistencia y por la búsqueda de aprobación de sus padres, los
adolescentes guían sus valores personales por su necesidad de experimentación y
autonomía, por ejemplo amistad, libertad. Mientras que en la edad adulta se
plantean nuevas prioridades: salud, éxito profesional, responsabilidad. Algunos
valores permanecen a lo largo de la vida de las personas.
¿Para qué sirven los valores?
Los
valores sirven de guía interpretativa en el devenir de lo cotidiano.
Al ser una cuestión subjetiva principalmente, podemos decir que afirmar que los
valores son de carácter universal seria cuanto menos conflictivo. Sin
embargo, encontramos que generalmente son caracterizados de este modo.
La
realidad es que los valores son históricos, es decir, que su origen
se relaciona con un contexto social y cultural determinado el cual influye
directamente en su concepción y formación.
De este
modo, podemos hacer notar que en las sociedades tienen valores diferentes sobre
cuáles son los modos de actuar, de comportamiento, morales, de convivencia, etc.
A la vez
que se da esta diferencia, existe un proceso contrario que tiende hacia la
unificación y universalización de los ciertos valores. Ejemplo de esto son los
valores sobre la paz,
la solidaridad, la tolerancia, etc.
Lo cierto
es que existe una contradicción que choca principalmente cuando posiciones
opuestas tocan temas sensibles como el aborto, eutanasia, la intervención
política o armada y demás cuestiones donde los valores que se persiguen
encuentran otras limitaciones culturales que sostienen valores diferentes.
Tipos de valores
Más allá
de esta cuestión, resulta útil clasificar a los distintos valores según
criterios específicos en:
- Valores personales: Son los que resultan
indispensables y a partir de los cuales las personas van guiándose en
su vida cotidiana. Muchas
veces provienen de la experiencia directa que tienen las personas y van
acumulando.
- Valores socio-culturales: Son los cánones generales
que funcionan y son parte de la cultura de
una sociedad determinada. Más allá del núcleo duro general o hegemónico de
la sociedad, los cuales pueden coincidir con los valores personales o de
grupos sociales específicos, se encuentran en constante roce o
yuxtaposición con demás valores. Se debe tener en cuenta
que coexisten una variedad de múltiples valores en una sociedad y
momento histórico dado.
- Valores materiales: son depositados sobre los
objetos y bienes que hacer que el ser humano pueda
subsistir. Por ejemplo lo necesario para la alimentación o
protección.
- Valores espirituales: Son los referidos a la
actividad que los seres humanos realizan, se basan en aspectos
inmateriales. Y comprenden la importancia que le damos a las actividades
que realizamos y valoramos como la expresión artística o religiosa.
- Valores morales:
Son las conductas que
una determinada sociedad acepta y entiende que son indispensables para
mantener el orden social. Estos recaen de forma social sobre cada uno
de los ciudadanos en
particular, exigiendo de forma tácita y práctica también su aceptación. Y
en muchos casos la sociedad dispone castigos a quien los infringe vía
judicial, penal, etc.
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